Tuesday, November 15, 2016

Entrevista a INÉS LEGARRETA

              
 
¿Qué es para usted la poesía?

Algo que se sostiene en el aire no se sabe por qué. El silencio pasando a través de las palabras. Lo que reverbera. 

¿Podría usted contarnos  un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

Llegué a la poesía después de haber publicado siete libros de narrativa. El número 7 es cabalístico, no es cualquier número así que creo hice un camino necesario.
Tengo cuatro libros de cuentos: “En el bosque y otros cuentos”(1990), “Se segundo deseo” (1997), “La Dama habló y otras páginas” (2004), “La turbulencia del aire”(2012); dos nouvelles:”El abrazo que se va”(2008) y “Tristeza de verse lejos”( 2010) y un libro de relatos oníricos: “La imprecisa voz que me sueña” (2014).
Acaba de salir  mi primer libro de poemas: “La puntada invisible”, (septiembre 2016) en Ediciones en Danza.

Tengo la suerte de haber sido reconocida con importantes premios y distinciones de la Secretaría de Cultura de la Nación, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (ex Municipal), del Fondo Nacional de las Artes, de S.A.D.E; de A.D.E.A; por el Honorable Senado de la Provincia de Buenos Aires y por muchas y reconocidas instituciones nacionales, provinciales, regionales, públicas y privadas. También en concurso internacionales. Fui publicada en numerosas antologías, revistas literarias, diarios, etc. Algunos de mis textos han sido traducidos al inglés, alemán e italiano. 
Durante años coordiné talleres literarios, cafés y encuentros literarios, como por ejemplo, los “Encuentros de Narrativa” en la sede de Artistas Premiados Argentinos (junto a la escritora Irma Verolín) en Buenos Aires  además de co-dirigir (junto a Hernán Ronsino y otros escritores chivilcoyanos) durante siete años (otra vez el número cabalístico) la revista literaria “Fledermaus”.

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

 Escribí desde siempre: una vez que aprendí las primeras letras mi primera forma de expresión parece haber sido la escrita, no la oral. Con esto quiero decir que cuando quería expresar o comunicar algo me era mucho más fácil y natural hacerlo escribiendo: una cartita, una nota o lo que fuera que dejaba por ahí o entregaba en mano, según las circunstancias. Fue así durante la infancia y la adolescencia: poemas, cuentos, relatos, un diario trasnochado, articulitos; pero en la juventud, al entrar al Profesorado de Literatura del “Joaquín V. González” ese flujo continuo se detuvo y, lamentablemente, se extendió por muchos años, más de quince años estuve sin escribir una letra. Puedo argüir razones de esto pero lo importante, lo verdaderamente dramático, es el parate total y absoluto de escritura que tuve y que no se revirtió hasta pasados mis treinta años, casada y con tres hijos. Entonces, cuando nada lo hacía preveer, la escritura se impuso sobre  la prohibición, sobre lo negado con la fuerza de algo que estalla. Por suerte. La escritura me salvó de la locura, del desorden, de la angustia.
 A partir de ese momento crucial, ya no dejé de escribir; asistí a  talleres de grandes maestros de la narrativa como Isidoro Blaisten,  Juan José Hernández y Santiago Kovadloff  al tiempo que empezaba a publicar y a recorrer “eso” que conocemos como camino literario.   

¿Cómo definiría a su poesía?

No lo he pensado.  Tengo –hasta ahora- un solo libro de poesía publicado: “La puntada invisible”.  Me parece que hay un centro y es la palabra latina Domus/i: o sea, la casa en su sentido más intimo y también en el más amplio y fundante: casa como origen, familia, patria.  Y lo eterno, los temas de todos: el amor, el tiempo, la muerte.

¿Qué autores influyeron en su poética?

Todos lo que leí y leo influyen sobre mí.  Tengo con la poesía una avidez adolescente: busco y leo poetas sin orden jerárquico, cronológico o espacial. Al mismo tiempo los clásicos españoles del siglo XVI que César Vallejo, Paul Eluard, Constantino Kavafis,  Joaquín Giannuzzi,  Jorge Luis Borges, Marosa di Giorgio, Wislawa  Szmborska,  Olga Orozco,  María Granata, Hugo Padeletti,  Susana Thénon, etc, etc.  

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

No puedo responder esa pregunta. Me queda grande. 

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

¿Un sólo poema? Dificilísimo.

Quizás  “Y enseguida anochece” de Quasimodo. Sí. Es incomparable.

Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol
y enseguida anoche. 

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

No ha cambiado. Apenas se inicia. Otra cosa era la narrativa. El aliento poético que, sin duda, estuvo siempre presente en lo que escribí, ahora se  potencia, se expande y se complejiza al abordar de lleno el género.  Estoy a la expectativa, estoy a disposición de. 

¿Para usted se nace o se hace escritor?

Se nace. Pero se puede y se debe potenciar, profundizar y explorar lo que ello significa a través del trabajo consecuente con la palabra y el lenguaje. 

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

Que lea y que escriba. Que escriba y que lea. Que escuche a los Maestros. Que haga su camino.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

Mercado es la palabra con la que hoy se define la gran industria editorial: grandes corporaciones mediáticas dominantes que imponen sus productos.  Más allá de que algunos productos pueden ser buenos, o muy buenos, o excelentes, tal el caso de algunos Nobeles. 
En Argentina, no sé en otros países, se da el caso del surgimiento de muchas editoriales independientes pequeñas y medianas en donde la mayoría de los escritores narradores y poetas que no tenemos la suerte de entrar en el gran circuito, editamos.  Se genera así una especie de submundo literario a contramano de la vidriera que no deja de tener su valor e importancia. Yo celebro que sea así: somos barquitos de papel lanzados al mar.

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?

Borges. La obra completa de Borges.
“Pedro Páramo” y “El llano en llamas”, de Rulfo.
“El amante” y “El amante de la China del Norte” de Marguerite Duras.
“Don Quijote de la Mancha” de Cervantes.
Los sonetos de Quevedo.
“Cartas a un joven poeta” de Rainer M. Rilke.
Los poemas de Wislawa Szymborska. 

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter,  blogs etc?

Que son formas de difusión y comunicación eficaces porque  en muchos casos suplantan el retaceado artículo en algún diario de circulación masiva… y favorecen el intercambio entre pares, entre obras, entre opiniones.  Hay un circuito de blogs y revistas virtuales muy interesante. 

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

Sí. Darte las gracias, querido Gustavo Tisocco, por tu generosidad. Que me hayas incorporado a tu blog “Mis poetas contemporánesos2” me llena de orgullo y alegría.


INÉS LEGARRETA

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