Tuesday, September 16, 2008

Entrevista a CRISTINA BERBARI


¿Qué es para usted la poesía?

Intentar definirla, imposible. Puedo dar una “apreciación” y creo hay tantas como poetas existen. ¡Ah la Poesía! Esa misteriosa mezcla de relámpago y sudor, que se concreta en el poema.

¿Podría usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

Rondar la biblioteca de mi padre fue mi juego de niña solitaria. Conocí la obra de Homero, Virgilio, Dante, Cervantes, no en versión para niños sino en unos maravillosos fascículos de la editorial Seguí, Barcelona, que los resumía e ilustraba. Y en segundo grado me descubrí “recitando” (de memoria) a Bécquer y sus golondrinas, y con la genuflexión final como lo exige el poema, ante el asombro de la maestra y el aplauso de mis compañeras. Egresé del Normal 10 e hice mi incursión por los claustros de la Facultad de Derecho, pero huí despavorida ¿del templo de la justicia?

Leer, escribir, dibujar son mis pasiones y en el taller de grabado de Alfredo de Vincenzo practiqué el arte de la xilografía (grabado en madera). Algunas exposiciones y al mismo tiempo (en 1977) se manifestaron “los relámpagos”. Publiqué mi primer poemario “Penúltimo portal”, en 1983. Resultó un libro oscuro. Con el tiempo descubrí la causa: fue mi más profundo testimonio de una época (entonces los argentinos transitábamos entre tinieblas). Luego se dieron otros “relámpagos” pero con más sudor: “Los lagos y la tortura”, “¡Oh, la Omega!”, “Doloras de la piedra negra y voces invitadas a perseguir nubes”, entre otros. “Rosas en vuelo”, 2007, en una edición bilingüe, gracias a mi entrañable traductor valenciano, el filólogo Pere Bessó.

No me presento a concursos. Hace años envié un poema al “Centro Literario Bartolomé Mitre”, Intendencia de Azul, dirigido por el poeta Dante Bustos, y obtuvo “Mención nacional”. Recientemente en el Concurso organizado por la revista virtual “Artesanías Literarias” que dirige Andrés Aldao desde Israel, obtuve Cuarto Premio Internacional por una “trilogía”.

Desde marzo de 2000 dirijo la revista “Fijando vértigos poesía” cuyo número 18 está en prensa.

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

Creo que ya respondí.

¿Cómo definiría a su poesía?

Definir poesía desde la mismidad, me parece imposible. Es el otro el que nos descubre y nos señala incluso lo que no percibimos. Y no puedo clasificarme en un “ismo”.

¿Qué autores influyeron en su poética?

No creo en influencias. Tal vez se trata de una argamasa que nos deshace y nos crea. Sí puedo decir que Alejandra Pizarnik fue para mí “incandescencia y vértigo”; Octavio Paz, poeta y ensayista, me enseñó a reconocer a mis pares. Y el inolvidable Roberto Juarroz. Y Molina, Ceselli, Madariaga, Orozco...

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

Lograr universalizar mi sentimiento, que mi yo pueda transmitir y el otro se sienta identificado; mediante mi poética “ser” en el otro.

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

El que aún no escribí. ¿Por qué? Por eso de la espera y la esperanza, por el misterio de seguir en la vida.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

Posiblemente desde mis “sombras iluminadas” alcanzando más luz.

Durante el año pasado, en una etapa de calma espiritual, meditación y contacto con la naturaleza, surgió una serie de “haikus”, y resultó una experiencia enriquecedora.

¿Para usted se nace o se hace escritor?

Si no llega ese “relámpago”, deslumbramiento, intuición, eso que se impone, creo que será en vano tallar, trabajar el poema. No sé, es mi opinión. Creo en la lectura como en la gran maestra del escritor.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

Hacer el poema con amor, como se concibe un hijo; con dolor, como se pare a un hijo. Escuchar la voz interior: ser fiel a sí mismo, expresar su verdad, y ante todo, sentir la imperiosa necesidad de escribir el poema.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

Depravada. Pero hay casos especiales que aún nos permiten creer en el hombre.

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?

En poesía, Pessoa y sus “heterónimos”, y siempre Rimbaud.

En prosa: “Pedro Páramo” de Juan Rulfo, “Nadie, nada, nunca” de Juanjo Saer, “Cuando ya no importe” de Juan Carlos Onetti.

Y van tres “Juan”. Y vuelvo a la poesía. A Juan Ele y su voz que susurra a río y, por supuesto, a Juan Gelman, al metafísico inglés John Donne y como poemas de cabecera “Noche oscura” y “Llama de amor viva” de San Juan de la Cruz (Juan de Yepes).

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?

Siempre que se haga con responsabilidad, honestidad, me parece maravillosa esta forma de llegar al mundo, entiéndase, por aquella vieja utopía de unir pueblos, ideas, religiones. De hecho dirijo en Internet mi revista y un blog personal.

http://www.ar.geocities.com/fijandovertigospoesia

http://cristinaberbari-fijavertigos.blogspot.com

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

Y va el aviso. Y los espero. Gracias.

CRISTINA BERBARI

2 Comments:

Blogger Susana Lizzi said...

Interesane entrevista a una mujer inteligente, a juzgar por sus respuestas. Un gusto conocerla aquí. voy a entrar en su blog para leerla)
Susana Lizzi

10/04/2008  
Anonymous Anonymous said...

Mezcla de relámpago y sudor... Qué hermosa imagen para definir la poesía, Cristina.

Saludos.

Verónica

3/27/2009  

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